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Revista Repique

Repique Extra #1

El Deseo del Analista en tiempos de Pandemia

María Fernanda Martínez

Comencemos por ubicar ambos conceptos y vayamos primero al término pandemia.

Dicho vocablo procede del griego pan: todo y demos: pueblo, expresión que significa reunión de todo un pueblo. Todo un pueblo que puede llegar a estar infectado, todo un pueblo masificado, controlado y vigilado. Y mucho más que solo un pueblo, en este contexto actual: el mundo. Hoy asistimos a un momento de extrema globalización, totalitarismo, capitalismo y neoliberalismo sin velos.

Ante esta pandemia, este real como ya muchos lo han definido, los analistas tenemos desde donde darle pelea. Desde nuestra función, nuestras trincheras, con nuestro propio virus, el psicoanálisis, ese del que estamos infectados y atrapado los analistas practicantes.

El deseo del analista, hoy más que nunca le puede hacer frente a este real y lo efectos aun insospechados de esta contingencia. Ante la pandemia del todos por igual, el psicoanálisis rescata el para cada uno su arreglo singular.

“El analista se orienta por el deseo del analista, que toma como punto de partida la singularidad de las soluciones subjetivas con las que cada sujeto ha respondido al encuentro con lo real del goce y de la castración y, sin ideal previo, siguiendo de cerca las posiciones subjetivas del enfermo, aprovechando el potencial de cada sujeto, operando desde el lugar de semblante de "objeto a" y haciendo valer su versatilidad, articulando la falta en el lugar del Otro y operando con el vacío, se manifiesta en la interpretación y se localiza en el acto analítico, para conmover las fijaciones libidinales, y contribuir a crear las condiciones de un arreglo menos sufriente con el goce, un saber-hacer”[1]

Para la orientación lacaniana cada sujeto dará respuesta desde su posición ante el encuentro con el trauma, y el deseo del analista sabe cómo seguir el curso de lo real, el analista sabe o intenta saber hacer con lo que hay. Pero no desde una posición conformista, sino desde la sumisión ante esa posición subjetiva de cada sujeto. Sin saber previo, sin ideal de salud, con ese hay posición de goce singular, apuntar al potencial de respuesta de cada sujeto para encontrar, su arreglo, su invención.

Hay un para todos por igual ante esta contingencia, obediencias necesarias ante esta pandemia, un aislamiento social al que todos nos sometemos, en función de un bien común. Pero también hay un resto que el deseo del analista rescata, desde su función y no desde su persona.

Sosteniendo nuestro lugar, con las inventivas necesarias desde nuestras trincheras, la transferencia se mantiene circulando, los análisis continúan en encuentros virtuales, llamadas telefónicas, mensajes de texto, el aislamiento no detiene al analista y su deseo. La pandemia del Covid 19, con su marco de capitalismo salvaje, discurso del amo y empuje superyoico, no nos somete, y hoy más que nunca los analistas estamos presentes. Como antes, como siempre, ya desde Freud haciéndole frente a la guerra. Los psicoanalistas no brindamos consejos para todos por igual, recetas que terminaran siendo inútiles ante el goce de cada uno.

El deseo del analista, ya nos enseñó Lacan, está más del lado del esclavo que del amo, y amos abundan en tiempo de pandemia. Nuestra función es la de rescatar la diferencia, una vez más, el uno a uno en esta reunión de todo un pueblo.

NOTAS

  1. Rubistein A. “El Deseo del analista: saber hacer con lo que hay”. Revista Virtualia Nro 19.Noviembre 2009.