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Revista Repique

Repique #1

Un posible lugar bajo el sol

Ana Inés Bertón Schnyder

“He's a real nowhere man, sitting in his nowhere land,
making all his nowhere plans for nobody.
Nowhere Man, don't worry, take your time, don't hurry.
Leave it all till somebody else lends you a hand”

The Beatles

Compensación imaginaria del Edipo ausente.

Teniendo como paradigma el caso Shreber, Lacan establece que lo que podría hacer que pueda mantenerse sin desencadenar una psicosis es la compensación imaginaria del Edipo ausente. Es necesario tener en cuenta que a esta altura de la enseñanza Lacan sólo contaba con los registros simbólico e imaginario; teniendo como norma la neurosis y existiendo una prevalencia del registro simbólico.

La identificación en las psicosis es una identificación imaginaria que viene a compensar una carencia en lo simbólico. Esta identificación no es la identificación imaginaria del estadio del espejo, tampoco la identificación neurótica que deviene del Edipo ya que no se inscribe en una dialéctica triangular. La función paterna se ofrecerá como modelo para que el sujeto se enganche al menos en una captura imaginaria.

En el seminario 3, Lacan toma como referencia el mecanismo como si conceptualizado por Helene Deutsch para describir las identificaciones en las psicosis y se sirve de un ejemplo clínico donde un púber se sobreidentifica con otro joven. Es “mediante una identificación, un enganche, siguiendo los pasos de uno de sus camaradas”[1] que el sujeto se sostiene.

En este caso se nota cómo el registro imaginario puede tener una función compensatoria en relación con la falta en lo simbólico. Puede tener efecto de estabilización después del desencadenamiento, o como enganche en un sujeto pre- psicótico.

Esto podría pensarse como el origen de una clínica de las suplencias en la psicosis ya que algo de un registro (imaginario) reemplaza una falla en otro registro (simbólico). El mismo estatuto de suplencia cobraba en esa época de la enseñanza de Lacan la metáfora delirante que venía a suplir la carencia de metáfora paterna.

Queda claro que en este momento de la enseñanza de Lacan, las psicosis no desencadenadas se circunscriben a las pre-psicosis, es decir, a psicosis que pueden desencadenarse en cualquier momento ya que están mal amarradas y sostenidas solo por identificaciones imaginarias. Por ello la advertencia harto conocida de Lacan: “sucede que tomamos pre-psicóticos en análisis, y sabemos cuál es el resultado: el resultado son psicóticos”[2]

El Nombre del Padre es el significante que ordenará el sentimiento de vida del sujeto neurótico. Así la forclusión del Nombre del Padre produce “un desorden provocado en la juntura más íntima del sentimiento de la vida del sujeto”[3]

La externalidad social en las Psicosis Ordinarias.

En la convención de Antibes (Cannes, 1998) J-A Miller reúne bajo el término Psicosis Ordinarias casos frecuentes de psicosis no extraordinarias, "la psicosis compensada, la psicosis suplementada, la psicosis no desencadenada, la psicosis medicada , la psicosis en terapia, la psicosis en análisis, la psicosis que evoluciona, la psicosis sinthomatizada…"[4]

Estamos frente a una clínica borromea donde hay dos forclusiones: la forclusión generalizada que es originaria de todos los sujetos y marca el agujero del nudo borromeo; la forclusión del Nombre del Padre, verwerfung psicótica, deja a los sujetos psicóticos fuera del discurso a falta del significante primordial.

En el nudo borromeo, lo que abrocha los tres registros: real, simbólico e imaginario es aquello que cumple con la función de Nominación; antes exclusiva del Nombre del Padre.

En las psicosis ordinarias se puede encontrar un elemento que funciona como Nombre del Padre, ordenando el mundo del sujeto. J-A Miller lo nombra como CMB, compensatory make-believe, un hacer creer compensatorio, ya que si bien no es el Nombre del Padre, tiene las cualidades de él.

En ellas también se dará un desorden en la juntura más íntima de la vida del sujeto, pero en ellas aparecerá apenas como un desajuste, según JAM, en una triple externalidad: social, corporal y subjetiva.

La externalidad social remite al sentimiento del sujeto en cuanto a su lugar en la sociedad. Lo primero que hay que notar es qué identificación le da un lugar en el Otro social. En esta perspectiva los psicóticos ordinarios pueden tener tanto una identificación social negativa como positiva.

Hay sujetos que tienen una identificación social positiva invistiendo su posición social con ahínco y volviendo este rol fundamental. Es preciso tener en cuenta que la pérdida de este rol puede desencadenar su psicosis. Se presenta como una sobre identificación a determinado rol, frecuentemente al trabajo siendo este lugar privilegiado por la sociedad para dar nombre a los sujetos.

Otros sujetos, por el contrario, generan lazos débiles, que se van desconectando de un lugar y de otro y que tienen cierta incapacidad de asumir un rol social, de adoptar “un lugar bajo el sol”.

Como el Hombre de ningún lugar de la canción de The Beatles, hay sujetos que llegan al consultorio del analista mostrando una desconexión con el Otro Social. No hay lugar donde se encuentren, no hay objetivos que persigan, no hay nada que los nombre.

Un lugar bajo el sol en las psicosis.

There's a place in the sun where there's hope for everyone where my poor restless heart's gotta run. There's a place in the sun and before my life is done Got to find me a place in the sun”
Stevie Wonder

La presencia del analista es fundamental en el tratamiento de las psicosis ya que será allí donde el sujeto encontrará un lugar en el Otro, así sea un lugar imaginario. Es preciso tenderle una mano a estos sujetos, hacerles un lugar dentro del consultorio y dirigir la cura en buscar aquello que sostiene al sujeto, lo que hace de punto de anclaje, esos arreglos que el sujeto ha conseguido a lo largo de su vida y que en ocasiones aparecen débiles o lábiles.

Una posición social, un trabajo, una profesión, le brindará al sujeto un S1 que le permitirá establecer un lazo, al menos imaginario, con el Otro.

Hacerse un nombre a partir de un S1 que lo sostiene le dará al sujeto un nombre del yo, un “yo soy…” que, si bien no tiene el peso o la fijeza de una suplencia devenida de un nombre propio, le permite al sujeto una identidad que funcionará como referencia social.

En el análisis con pacientes psicóticos es fundamental encontrar esos S1 que le permitirán al sujeto sentir que tiene un lugar en el mundo. Dicho S1 puede anudar los tres registros, aunque sea de manera no borromea, teniendo efectos incluso en el cuerpo.

Este “yo soy” que podría funcionar como elemento que compensa o abrocha al sujeto no es cualquiera. Tiene estrecha relación con el sentimiento de vida del sujeto, con su juntura más íntima.

La noción de conflicto del seminario 3 nos puede ayudar a entender cómo lo que ordena, sostiene, puede tener el mismo tono de aquello que descompensa o desengancha al paciente.

La noción de conflicto es ambigua, ya que se encuentran en el mismo plano tanto lo que es fuente de conflicto como la ausencia de conflicto. Él deja “un lugar vacío, y en el lugar vacío del conflicto aparece una reacción, una construcción, una puesta en juego de la subjetividad.”v

En este sentido, los desenganches del sujeto nos servirán de guía para pensar en futuros re-enganches.

BIBLIOGRAFÍA

  • Lacan, J. De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis. Escritos, Tomo 2. Buenos Aires, Siglo XXI, 2009.
  • Lacan, J. El Seminario, libro 3, Las psicosis, Buenos Aires, Paidós, 2006.
  • Miller J-A. Efecto retorno sobre las psicosis ordinarias. El Caldero de la Escuela, Nueva Serie, Número 14, Buenos Aires, 2010.
  • Miller, J.- A. y otros, La psicosis ordinaria, Buenos Aires. Colección del ICBA Nº 4, Icba- Paidós, 2003
  • Soria Dafunchio, N. Confines de las psicosis, Buenos Aires, Del Bucle, 2008.

NOTAS

  1. Lacan, J. El Seminario, libro 3, Las psicosis, Buenos Aires, Paidós, 2006, p.274.
  2. Lacan, J. op cit, p. 360
  3. Lacan, J. De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis. Escritos, Tomo 2. Buenos Aires , Siglo XXI, 2009.
  4. iv Miller, J.- A. y otros, La psicosis ordinaria, Buenos Aires. Colección del ICBA Nº 4, Icba- Paidós, 2003, p.200-201.
  5. Lacan, J. El seminario, libro 3, Las Psicosis, op cit. P. 50.