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Revista Repique

Repique #3

Metáfora de pentagrama, una cuestión de piel

Lucia Cerrone, Adriana Viggiano

Nuestra reflexión apunta a la diferencia en los modos de abordaje de la psiquiatría clásica, que clasifica y ordena los síntomas en cuadros nosológicos descriptivos para todos los sujetos por igual y el método psicoanalítico que ante cada caso toma en cuenta la singularidad del sujeto, la construcción de síntomas y modos de goce.

Tomamos como referencia la biografía de Nina Simone de su reciente documental.

Pero antes de desarrollar el trabajo queremos hacer una alusión a la metáfora del título porque, como iremos observando, esta analogía se nos presenta constantemente..

Las notas musicales están sostenidas en el pentagrama. A Nina Simone la sostenía la música.

Entre líneas y espacios se ubican las blancas, las negras, corcheas, semicorcheas, fusas y semifusas, como todo lo difuso en la vida de Nina.

Nina nació en 1933 en Carolina del Norte. Cuando tenía seis años un hecho la marcaría para siempre: En un recital de su colegio sus padres se ubicaron en la primera fila de asientos. Los directivos les solicitaron que dejaran esos lugares para las familias blancas, pero ella se negó a comenzar la actuación hasta restituir dichos lugares.

Una profesora blanca la formó en su carrera musical. Nina tenía que cruzar las vías del tren para ir a la zona donde residían los blancos. En New York con mucho dolor recibió el rechazo para ingresar a la academia por ser negra. Su sueño era ser la primera pianista clásica negra.

Se presentó en un bar donde requerían que también cantase y allí nace NINA SIMONE, se cambió el nombre para que su madre no supiera que era ella en ese mundo demoníaco. La pasión a la que Nina se sentía convocada era tocada por el rechazo de su madre, pero lejos de renunciar a su deseo arma una estrategia para llevarlo a cabo.

En música, dos blancas equivalen a una redonda. Las negras valen la mitad de una blanca. Por lo tanto, Nina podría, percibirse ella misma, como partida, quebrada, inconclusa. Apenas una mitad.

Con 24 años grabó sus primeros discos, comienza su fama e integra una banda sonora para importantes películas. Se casó con Andy Stroud, policía que deja su cargo para ser su mánager y convertirla en estrella. Le exigía mucho trabajo y la maltrataba. Se repiten las situaciones de rechazo y maltrato, su goce en el maltrato sometiéndose a su pareja elegida conscientemente. Con Andy tuvo a Lisa, su única hija. El abuso continuó hasta enfrentar graves problemas de salud que según los psiquiatras oscilaban entre depresiones, crisis bipolares y melancólicas.

A su manera se fue haciendo un lugar entre negros y blancos, peleando por los espacios, por los derechos, y sus valores. Nada fue lineal.

En el pentagrama, la redonda es la nota de “mayor valor”, tal vez su más grande ambición haya sido alcanzar ese lugar y esa serenidad que nunca pudo cerrar en un círculo…ella había nacido negra.

Su pasión por defender los derechos civiles de su raza, denunciando la discriminación con su música compromete toda su carrera, a través de las letras de sus canciones pone en juego un pedido, una demanda insaciable. En 1970 fue arrestada por protestas en contra de la guerra de Vietnam. No pudo continuar con la situación de racismo que vivía y sumado al reciente asesinato de Luther King decide irse para siempre de Estados Unidos.

Desde su condición peleó por obtener igualdad de derechos, esa fue su clave. Como al comienzo del pentagrama, una clave de sol, por ejemplo, dará tonalidad a la melodía. Ella pautó su clave. Esa misma que aún hoy nos empeñamos en descifrar.

Los episodios depresivos y ataques de ira se intensificaron, fue internada, diagnosticada y medicada.

La velocidad de la música se mide en pulsos por minuto. Hay pulsos fuertes y débiles según sea su acento. Así ella oscilaba entre acentos de fortaleza y debilidad.

En una de sus canciones describe toda la rabia que sentía y la necesidad de salir de ese mundo discriminatorio. Comienza su etapa más solitaria. Al tiempo que se convertía en un monstruo para la vida de Lisa, era Nina ahora quien violentaba y maltrataba a su hija.

En África dejó de pagar impuestos y obligaciones buscando la serenidad que nunca logró. Llegó a vivir en la miseria, casi en la indigencia. Este período sobrevino con un marcado desenfreno sexual con hombres y mujeres. Formó pareja con una modelo, quien expresó “Con Nina no se podía estar mucho tiempo, eran amores intensos como si fuera el último, pero poco duraderos”. Más adelante es rescatada por amigos músicos que la llevaron a París. Allí se estableció definitivamente, “Se volvió temible, se convirtió en una madre maltratadora que estallaba en crisis de grandes emociones, frustración y enojo, cuenta Lisa.

Los acordes dan sentido tonal a una obra. Pueden tocarse varias notas al mismo tiempo o en forma de "corrida", nota por nota rápidamente, de lo grave a lo agudo, configurando un "arpegio" porque su sonido recuerda al arpa. En la historia de Nina el paso de lo grave a lo agudo, lo transitaba del encanto a la furia, del sufrimiento constante a las crisis más profundas, como un verdadero “arpegio”.

Este discurso reivindicativo, de hacerse arrestar, no pagar impuestos, querer imponer su voz imperativamente, tres veces le pide a una chica del público que se sentara y como no lo hacía insistía en no continuar el espectáculo. Fueron consecutivamente acting y que lo que despliega son dedicadas a otro, poniendo en escena aquello de lo real que el significante no cubre. Cuando decide retirarse de los escenarios, no sabemos si confrontada con su propia angustia se identifica con el objeto “a” como resto o nuevamente en acting monta una escena dedicada a sus amigos que luego irán por ella.

Los grupos de cuatro pulsos, configuran un compás que luego se van repitiendo como patrones para armar la melodía. La vida de Nina estuvo habitada por una dimensión pulsional imperativa, irrefrenable, difícil de dialectizar, que la lleva a hacerse una conducta de repetición frente al real que la determina. Se ubica en un lugar desajustado para las normas socialmente aceptadas, quedando entrampada entre la letra y el canto de su propia partitura.

La medicación logró equilibrar su estado anímico pero lentamente se vio afectada su voz, su motricidad y su sistema nervioso. Tenía tics en el rostro, muecas en la boca y arrastraba las piernas al caminar. La medicación intentaba callar los síntomas, pero su cuerpo todo y su voz expresaban el malestar que ella sentía y padecía. La medicación recibida no alcanzaba para reparar su disconformidad, no le proveía la satisfacción y mucho menos la felicidad. Solo adormecía lo más singular de Nina, pero algo resistía en ella a esta lógica que pretendía estandarizarla, reeducarla, ubicarla bajo la lógica del para todos la misma cura. Lo que resistía era su síntoma

La medicación tampoco tiene en cuenta, como lo haría el Psicoanálisis la posición subjetiva en la que se sitúa su discurso y el reconocimiento de que Nina tenía una verdad que decir. No ofrece una salida singular para Nina, que se adecúe a su modalidad de goce que hace no universalizable.

Nina en esa época ya era tocada por los efectos de la globalización y el empuje al consumo de medicamentos, provocando un debilitamiento del armazón de su universo simbólico que apuntaban a una adaptación “forzada” en el plano de lo social y cultual. Creemos que su síntoma no fue escuchado por la psiquiatría, que “apresura” a eliminar los síntomas sin dar lugar a su discurso, a su palabra, a lo que ella tenía para decir sobre sus ataques de ira y rabia que son la consecuencia de la discriminación por haber nacido negra. Condición que la lleva a ubicase como la rechazada, la mal- tratada, quedar por fuera, a la que le cuesta mucho más que a otros conseguir lo que quiere. Por otra parte, pensamos que por este motivo ella llega donde llega, de alguna manera estas adversidades y la falta, causan el deseo.

Con-sonando al compás, también en música están los silencios. Cada figura tiene un silencio equivalente a su misma duración. Un silencio de negra significa “no tocar nada”, como lo hizo en varias oportunidades deteniendo el espectáculo hasta conseguir su cometido. El silencio en el pentagrama se escribe-inscribe como un rayo ({), similar al impacto que con su actitud, ella misma generaba.

Un conocido tema musical fue tomado para una publicidad de perfumes. El tema ocupó los primeros puestos de venta. Retomó las giras y actuaciones. A fines de los años 80 un manager supo llevar su música al arte y no a la obligación.

Rrespecto al DSM, éstas clasificaciones surgen determinadas por dos factores históricos: el discurso de la ciencia y el discurso del capitalismo. “La combinación de estos dos discursos ha logrado destruír la estructura tradicional de la experiencia humana” (Miller, J.A.: "Lo real en el siglo XXI). El sujeto construído por el discurso del capitalismo está organizado para concebirse a sí mismo como emprendedor, como un empresario de sí, entregado a la maximización de su rendimiento”. ( Guillermo Belagahttp://www.enapol.com/es/template.php La "bipolaridad", manía, melancolía.)

Nina sometida a la exigencia y ambición de su esposo, quien la fue llevando a lograr forzosamente fama y dinero al ver en ella una promisoria estrella del jazz, lejos de conducirla al éxito, la empujó a la ruina, destrucción y enfermedad.

Contraponemos este modelo de abordaje de la psiquiatría, ocupada y enfocada en clasificarlos y medicar con el modelo psicoanalítico cuyo método de abordaje implica considerar al sujeto como único y singular, de modo que el síntoma para el psicoanálisis es particular. Su lectura y trabajo se irá desplegando en esa singularidad. Se trata de sintomatizar esa manera de gozar para luego buscar la manera de articular el goce al deseo.

El síntoma es un mensaje portador de un saber inconsciente, no sabido por el sujeto que es posible descifrar.

“Sabemos que si el síntoma es metáfora porque transporta un sentido, que ha advenido en la sustitución de un significante reprimido por aquel que ahora figura el síntoma y todo esto para enunciar algo, del cual el sujeto no tiene conciencia”.(Tapia,2012,p.160)

Nina no acudió a un psicoanalista, no sabemos si realmente hubiera querido curarse o si se hubiera presentado como dice Lacan en PSICOANÁLISIS Y MEDICINA como el enfermo que acude al médico y no espera de él simplemente la curación, “viene a veces a demandarnos que lo autentifiquemos como enfermo; en otros casos viene, de manera manifiesta, para demandarles que lo preserve en su enfermedad, que lo traten del modo que le conviene a él, lo que le permitirá seguir siendo un enfermo bien instalado en su enfermedad. Lacan subraya este último aspecto en la tarea médica; es en él que el analista viene a ocupar el lugar dejado vacante por la medicina” (LACAN, J., Mesa redonda sobre ‘Psicoanálisis y medicina’ (16.02.1966)

Es decir que cuando un sujeto acude al análisis es porque algo a nivel del síntoma ha dejado funcionar como lo venía haciendo. Demanda querer volver a un estado de bienestar anterior, pero en realidad lo que aspira es recomponer ese síntoma para que vuelva a funcionar como antes. La entrada en análisis le permitirá construir su síntoma analítico para trabajar sobre él. Nina no tuvo esa chance, se tuvo que conformar con que se le otorgara un nombre universal a su problema singular.

Acordes que hubiéramos querido analizar, sonidos y silencios, una vida en blanco y negro de transgresiones, deseos, violencia, pasión, presión y libertad.

Siguiendo a Lacan el síntoma es una manifestación de la modalidad de goce del sujeto, desde allí se desprende una lógica pulsional y una cierta determinación enmarcada en el fantasma de cada sujeto.

La modalidad de goce, es básicamente una sola para cada quien y es frente a ella que el sujeto podrá adoptar una posición habiendo ingresado en el dispositivo analítico.

Nina fue estigmatizada por un diagnóstico y quedó identificada en él, no pudo salir de ahí. Eso la llevó a desligarse de su responsabilidad subjetiva que le permitiera hacerse cargo del goce que soportaba, que al mismo tiempo le permitiera hacer algo diferente con su padecimiento y no justificar todo lo que hacía amparada en el diagnóstico sin poder hacerse cargo.

Armonía desafinada entre la música, el arte, la soledad, la fama, la relación dinero- indigencia y el sufrimiento de una figura llamada -peyorativamente- negra, que fue portando a lo largo de su vida, todos estos elementos como si fueran los poros de su propia piel.

Es la música que hace en Nina de Sinthome. Aun sin haber estado en análisis ella logró armar un sinthome, pero al irse al África, este sinthome se desama, como algo que trastabilló, cayó y allí queda expuesta su sintomatología.

“Es importante que quienes se autorizan como analistas no olviden que, en cuanto a su naturaleza, síntoma y sinthome siguen conservando una diferencia fundamental, no son del mismo registro y no provienen del mismo trabajo. El resto sintomático es el real producido por un análisis que llega a su fin, el sinthome es un arte-facto que se hace con materia de un arte y en algunos casos, no requiere necesariamente del dispositivo analítico para producirse. (Dessal G y otros, “ Jacques Lacan, El Psicoanálisis y su aporte a la cultura contemporánea”. Pag 328)

Concluyendo: Por un lado opera el modelo médico que intenta controlar y eliminar lo “disfuncional” que se presenta a través de los síntomas en el “enfermo” y por otro lado el método psicoanalítico que aborda “un sujeto”, portador de una historia, una subjetividad, una singularidad y sus síntomas como acontecimiento del cuerpo. Marcada por la discriminación, Nina luchó por la igualdad de derechos para su raza. Desarrolló su talento artístico, enfermó y recibió solamente atención psiquiátrica.

No sabemos si su enfermedad la sostenía impidiendo el desencadenamiento de una psicosis o se trataba de una histeria grave. Mitigando su sufrimiento nos dejó su maravilloso legado de canciones y la genialidad de su arte. Su personalidad iba como péndulo de la luz a la oscuridad; de la alegría a la profunda tristeza; de la dulzura a la violencia.

Muchas veces los tratamientos médicos no dan los resultados esperados a la medicación, acá nos encontramos con “lo que no anda”, que es lo que Lacan llamó lo real. El psicoanálisis reserva un lugar a eso que “no anda”, no retrocede, se adecúa a la época y sostiene una práctica no estandarizada.

“En el mundo de hoy en que el discurso del psicoanálisis se cuestiona por obsoleto y anticuado hay trabajos de investigación que tratan de dar testimonio de la razón de su existencia, aquella que opera por los desfiladeros en que la ciencia médica fracasa. “Lo que no anda” es un operador fundamental para la experiencia del psicoanálisis de orientación lacaniana.” (Castellanos Santiago)

BIBLIOGRAFÍA

  • El psicoanálisis y la singularidad del modo de goce.Roberto lleyassoff http://www.revistavirtualia.com/images/EncLogo.png
  • LACAN, J., Mesa redonda sobre ‘Psicoanálisis y medicina’ (16.02.1966) Página 13.
  • Guillermo Belaga http://www.enapol.com/es/template.php La "bipolaridad", manía, melancolía
  • Psicoanálisis aplicado a la terapéutica: una experiencia de tratamiento de la fibromialgia por Santiago Castellanos.
  • Del síntoma y sus paradojas.Jorge Sosa, L'interrogant 8.
  • http://revistainterrogant.org/
  • El síntoma en la clínica analítica B. Miguel Leivi. B. Miguel Leivi Azcuénaga.Capital Federal
  • Braunstein Nestor, El goce, un concepto lacaniano, Siglo XXI Editores, 2006
  • Tapia,M.(2012) El síntoma:de la metáfora a la letra. Revista de Psicoanálisis Desde el jardín de Freud. Toulouse, Francia. Vol.12. Recuperado de: http://www.bdigital.unal.edu.co/35720/1/36134-149967-1-PB.pdf
  • Lacan, J (1999) Elseminario 5:Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires: E ditorial Paidós. (Trabajo original publicado en 1998)
  • Lacan, J (2011) El seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires. Editorial Paidós.(Trabajo original publicado en 1964)
  • Miller, J.(1989). Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma. Buenos Aires: Ediciones Manantial.
  • Miller, J.A.: "Lo real en el siglo XXI"- El orden simbólico en el siglo XXI: no es más lo que era, ¿Qué consecuencias para la cura?- 1ª ed.- Buenos Aires: Grama ediciones, 2012. pp. 425-436
  • Castellanos Santiago” El dolor y los lenguajes del cuerpo”, Editorial Grama.2012
  • Dessal G. y otros “Jacques Lacan, El Psicoanálisis y su aporte a la cultura contemporánea”. Pag328