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Revista Repique

Repique 5

Posición del Analista y Psicoanálisis Aplicado

Maria Laura Aguilar Delmonte, Ma. José García Manancero.

Este texto surge a partir de interrogantes acerca de nuestro quehacer como practicantes del Psicoanálisis dentro del Ministerio del interior, nuestro posicionamiento allí. Es un ámbito médico sanitario, realizamos distintas actividades (Clínica y RRHH). Nos centraremos en nuestra actividad de colaboración con la Unidad VDG (Violencia de Género). Dicho trabajo en VDG es acotado, puntual, trabajamos con Policías cuyas funciones hacen necesario el porte de arma de reglamento.

Como primera medida a causa de la Legislación Nacional en materia de Violencia Doméstica, frente a la denuncia se produce como medida cautelar el retiro de esa arma y demás. Si bien la Institución se ve compelida por cuestiones legales a realizar ese retiro, ejerce una presión para que este policía pueda volver a ser “funcional al sistema rápidamente”. Está allí en juego la perspectiva de la urgencia.

No nos orientamos allí con una intervención que pueda evaluarse y se guie por lo que la Institución demanda. Muchas veces la demanda Institucional es leída como a través de nuestra intervención “urgente”, puntual, hacer que dichos funcionarios “dejen de ejercer violencia o esta disminuya”. Que con esta entrevista evaluativa, (insumo para la Junta de Psiquiatría a dónde van nuestros Informes), haya luego una próxima devolución del arma, y así el funcionario siga ejerciendo funciones ejecutivas, y todo marche “sobre ruedas”.

Entendemos que se tiene de alguna manera cierta certeza “delirante”, que es posible con esa sola entrevista o 2 “tocar mágicamente algo” y que dicho funcionario “cambie”, y vuelva a trabajar.

Guiaron nuestra escritura, 3 ejes:

  1. Demanda Institucional: ideales de asistencialismo, deseo de “curar “.
  2. Apuesta a la singularidad del caso a caso, síntoma singular, y no síntoma social.
  3. Ámbito Institucional y Ámbito clínico de Consultorio.

Demanda Institucional, el punto 1 que guía el presente trabajo. En la práctica Institucional del Psicoanálisis se hace imperioso confrontarnos con el interrogante acerca de nuestro quehacer, una pregunta de orden ético. La demanda no es de un sujeto como ocurre en nuestros consultorios, allí nos demanda el discurso del amo, el discurso Institucional. Tomarnos tiempo se hace muy necesario, tiempo en dar respuestas a mails, en citación a entrevistas, en la entrega de informes, etc. pequeñas estrategias que vamos utilizando para posicionarnos no desde el discurso del amo y la urgencia.

Cómo pensar/pensarnos allí armando una clínica analítica pensada como una clínica singular, a su vez dentro de otra clínica, la clínica médica y policial, guiadas ambas más por la masificación de ideales, el asistencialismo, la reeducación etc. Otra orientación es la que nos guía. Una clínica como espacios que se van armando, inventando, reinventando, una clínica del caso a caso al decir de Irene Greiser en Psicoanálisis sin Diván, (2012).

Miller en este sentido nos habla de deconstruir el delirio de normalidad imperante también dentro de la Institución, alojando la locura de cada uno. Somos sujetos que no entramos en el “para todos universal”, solo hay excepciones a la regla. Por esto pensamos en un Psicoanálisis como reverso del discurso del amo, como lo trabaja Lacan en el Seminario 17, El Reverso del Psicoanálisis (1969-1970).

Laurent en el Goce sin Rostro (2010) nos muestra que existen mentiras de la civilización que consisten en imponer bajo el pretexto de salud mental una igualación de todos. Desde nuestro posicionamiento escapamos a lo que sería una marcha reglada. Todo lo contrario, situar un sujeto en el lugar de los informes, ya que de alguna manera ellos encasillan, víctimas - victimarios, factores de riesgo, etc. devoluciones a una Junta de Psiquiatría que, a través de estos informes de riesgo, deciden si se devuelve un arma de reglamento. Tenemos claro que no somos especialistas diagnosticando en VDG, somos Analistas, esto implica un pararse diferente, apostar a la escucha, apostar a pensar en el uno a uno. Leer las denuncias que nos llegan de estas situaciones, pero allí en el encuentro con cada uno, escuchar que tienen para decir de sí mismos, de su posicionamiento, de que tan implicados están. Escucharlos, viabilizar que puedan hablar, y no llenar un formato de informe que poco dice de ellos, esto se hace, claro, pero necesitamos ir también por otro camino. Desprendernos un poco, y no tan poco de toda esa información que nos llega antes (oficios de denuncias policiales).

El Discurso analítico, siempre espera la producción de un sujeto, a través del deseo del Analista. Acá diferenciamos nuevamente la intervención que aparece en el análisis, de la intervención en otros ámbitos. En el ámbito Institucional necesitamos entonces interpretar la demanda de la Institución, y pensar en cómo hacer para que nuestra intervención, no caiga dentro de los otros discursos. En este sentido confrontar cuando podemos al sujeto con su goce implícito tanto en sus dichos como en sus actos, “mutar el síntoma social al síntoma subjetivo”. En este aspecto un eje a pensar es poder separar Psicoanálisis puro, y Psicoanálisis aplicado. Aquí nos apoyamos en la lectura del libro Psicoanálisis sin Diván de Irene Greiser (2012), ella plantea abstenerse del deseo de curar, ya que, si curamos desde lo terapéutico, eliminando el síntoma, fracasamos en tanto Psicoanálisis, y también no estando alineados a las terapias adaptativas. El Psicoanálisis aplicado, dice la autora, otorga dignidad al síntoma, desde nuestro lugar de escucha, y de hacer advenir a ese sujeto. Sea el ámbito que sea, las personas que vemos también allí, se puedan escuchar, comiencen a creer un poco en su inconsciente, se puedan preguntar, movilizarse, hacer algo diferente con eso, tal vez consultar con un Analista.

Este posicionamiento, esta orientación hace de nuestro trabajo allí en la Institución un permanente desafío, y amplia mucho nuestra posición como Analistas, también como Analistas Ciudadanos, como lo trabaja Eric Laurent en su Libro, Psicoanálisis y Salud Mental, (2000), en los Capítulos El Analista Ciudadano y Posición del Analista.

Siguiendo con el punto 2: Apuesta a la singularidad del caso a caso, síntoma singular, y no síntoma social.

Trabajar mostrando otra posición posible, otras formas de hacer. Nuestro desafío es lograr comenzar de a poco a trabajar con la Institución algunos cambios en las formas de intervenir, y de realizar los informes. Evaluar la manera que puedan iniciar los que deseen procesos analíticos, seguir pensando juntos como se instrumentaría esto y si es viable. Apostar a que encuentren un espacio analítico, donde pensar en sí mismos, localizar sus síntomas, trabajar sus vínculos de parejas, su responsabilidad subjetiva, etc. Que pueda aparecer una pregunta, o algo de esto empiece a formularse, que en definitiva puedan pensar /se en su singularidad, y salir de ese síntoma de VDG.

Allí se nos pide una entrevista, un solo encuentro, dos, dependiendo la demanda de casos. Aparece algunas veces otra denuncia del mismo funcionario, y podemos volver a intervenir. Allí pensamos que ya hay un pequeño trazo de camino andado, podemos retomarlo, escuchando repeticiones, etc., escuchándolos más a ellos, en lo que tienen para decir. En esta segunda instancia, a veces ya hay algo del vínculo que se pudo ir armando entre nosotras y ellos, y tal vez esto pueda incidir de alguna manera en nuestra apuesta de trabajo. Apostar a ese otro movimiento es los que nos interesa trabajar, un ámbito de análisis donde poder intervenir pensando en cada síntoma singular.

Siguiendo con el 3er. Punto, (ámbito clínico de consultorio e institucional), en el clínico no orientamos nuestra clínica a “curar”, a que se vaya el síntoma que el analizante trajo.

Desde nuestra posición allí en la Institución, si tomamos esta demanda Institucional, no siendo ingenuas, sabiendo que con este tipo de intervenciones no es posible lograr estos procesos que demanda el amo, que lo posible es seguir trabajando esto con la propia Institución, algo a seguir pensando en conjunto a la interna del equipo psi, en el cómo hacer que se puedan abrir movimientos allí en este tipo de intervenciones.

Miller en este sentido nos invita a pensar un concepto interesante, el de extimidad, él habla de estar en los bordes, haciendo uso de las normas institucionales. Lo trabaja como “desinserción social, alojar el desecho, como aquello que no hace lazo con el ideal. Como alojarse en otro, preservando la singularidad”. Como esta forma de intervención debe guiarnos en nuestra práctica dentro de la propia Institución. (Jaques- Alain Miller 2009)

Estar advertidos que el discurso del amo está presente siempre, que nos atraviesa. Los Analistas también dentro de las Instituciones intentaremos situar aquello que el discurso del amo oculta de alguna manera. El desafío es aprender a hacer con esa demanda en lo institucional. No apostamos a una posición rebelde, como podría darse desde una posición más de histeria, más bien una posición que subvierta a la del amo, si tomando ese lenguaje del otro Institucional. Hay otra posición posible, no la de hereje, ubicarnos en otras formas de hacer.

Sabemos que, en los informes de riesgo, hay aspectos que podemos utilizar y otros que no tanto, jugar un poco con eso, con las urgencias Institucionales y sus discursos. Aquí, ese saber hacer del que hablamos, refiere por un lado tomarnos tiempo entre caso y caso, y pensar en cómo respondemos a cada situación singular. Estrategias estas, donde conocer este lenguaje del amo, nos hace posible posicionarnos, no respondiendo a su demanda, pero si escuchándola, tomándola. Como Analistas enfrentados a muchos saberes y discursos, se nos hace imperioso pensar nuestro posicionamiento, pensar con otros, escribir, por ejemplo, como ahora sobre nuestro quehacer allí. Trabajar en duplas de trabajo, que de hecho nos viene funcionando muy bien.

BIBLIOGRAFÍA

  • Psicoanálisis y Salud Mental. El Analista Ciudadano. Posición del Analista. Eric Laurent.
  • Psicoanálisis sin Diván. Irene Greiser.
  • Seminario 17 Lacan. Clase 2.
  • Sutilezas Analíticas. Cap. Posición del Analista. Jaques- Alain Miller.
  • Programa. La falta que me hace sobre Psicoanálisis e Instituciones (Osvaldo Delgado y Oscar Zack).