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Revista Repique

Repique #7

Vivir relatando historias: psicoanálisis y música

Leticia Reina

"Vivir relatando historias
Coloreando la memoria
El viejo acapara la atención,
La distancia entre los cuentos
Y los acontecimientos
Ni más ni menos que una versión."
(Balbis,A. 2009)

Tomo esta estrofa del tema "El gran pez" de Alejandro Balbis, para comenzar el recorrido de las resonancias que me deja esta entrevista. Esta canción está inspirada en la película de igual nombre, y le da nombre al primer disco de Balbis. La película deja huella en Alejandro, por lo que toma algunos aspectos que le hicieron eco, resalta de la misma, al personaje del padre que cuenta historias, a veces pecando de fabulosas.

¿Qué es un análisis sino escuchar-contar historias? Las paredes de nuestros consultorios, escuchan constantemente sujetos contando historias, con versiones diferentes cada vez que son narradas, ficciones, que el paciente arma, material esencial que sirviéndose de la asociación libre, nos pone a trabajar, con una escucha atenta, intentando implicar al paciente con esto que trae, a través de la interpretación.

¿Quién interpreta, entonces? No podemos asegurar que exista uno solo que interpreta, según Miller (1996, p.8): "Es un señuelo, hasta un callejón sin salida, unilateralizar la interpretación del lado del analista, como su intervención, su acción, su acto, su dicho, su decir." La interpretación es en principio la del inconsciente, quien constantemente está interpretando, la interpretación analítica viene a posteriori.

En la música existe un entrelazado de varios interpretando a la vez, interpreta el músico su obra, se interpreta con el instrumento las notas que van armando un dibujo sonoro, así como también con el instrumento voz. Pero también interpretamos los escuchas, que elegimos qué escuchar, en dónde hacer un énfasis, con qué parte nos quedamos, qué recortamos de esos sonidos y letras. ¿Qué pasa cuando un analista-escucha se enfrenta a una obra musical?

En esta entrevista, Jorge interpreta como escucha, pero también desde el lugar de analista, espera agazapado a que algo de la repetición se presente, para puntuar y anunciarle a Alejandro. El músico se sorprende con los significantes arrojados en esta nube de palabras, dejándolo sorprendido, dice: "que es algo que en realidad no fue buscado ni calculado" pero que le habló de su propio trabajo y rápidamente, ante esta interpretación, arroja algo de sentido a esto que escribió-cantó-contó.

Si vamos un poco más allá, podemos decir que nuestro oído interpreta los sonidos, según los climas musicales que vamos descifrando. Alejandro, tiene orígenes de la rama de la murga uruguaya y del carnaval. Cada febrero, Uruguay se viste de carnaval, guste o no a los asistentes aquí presentes este género, no podemos negar la gran movida cultural que despierta pasiones.

La murga es un género coral, teatral y musical, que con su acompañamiento de bombos, platillos y redoblantes de la marcha camión, nos transmite diversos climas, las diferentes voces del coro sonando en tono de fiesta, cuentan algunas historias que esconden cierta tristeza, actualidad, reflexión. Esta reflexión que aparece también en las canciones de Balbis, quien nos regala estos sonidos alegres, con historias que se prestan a la reflexión, y por qué no, también un trasfondo de dolor dentro de esta alegría.

Dolor, es uno de los significantes que arroja la nube de palabras del último disco de Alejandro, significante que sorprende, toca el cuerpo, tal como una interpretación analítica y que dispara la historia de su padre, a quien Alejandro nombra como portador de un "saber inalcanzable", quien da clases de Heurística del arte, que según explica, "estudia los impulsos que hacen que el artista cree", donde el principal motor es el dolor.

Lacan incorpora dos nuevos objetos a en el psicoanálisis: el objeto vocal y el objeto escópico. Los objetos perdidos rodean un vacío y es por eso que se encarnan de diversas maneras. Miller (1997) dice que el hacer música, tiene como fin silenciar la voz como objeto a, Bassols (2009), señala que el acto de tocar pone en juego el cuerpo de quien toca el instrumento, lo que aparece como un goce fuera del cuerpo, pero a la vez en contacto con él, así como también sucede en el canto, donde se utiliza la voz como instrumento, como dice Rubinstein (2010), soltar la voz, separarse de ella, es necesario para utilizarla como instrumento, se utiliza el cuerpo pero es algo fuera de él, Udenio (2016) dice que es un objeto éxtimo, habita el lenguaje sin ser parte de él, no pertenece al cuerpo pero tampoco al campo del lenguaje. La interpretación reenvía a un vacío fundamental, debe apuntar al vacío de la ausencia primera del objeto perdido. Me pregunto si la música aportaría el hacer algo con este vacío, hacer un tratamiento diferente al goce, según Bassols (2009): "Nos encontramos finalmente con un tratamiento del objeto del goce en los márgenes del lenguaje, donde lo indecible toca lo más real como imposible de representar, pero donde se localiza también ese goce separado del cuerpo donde deberá desarrollarse la razón musical. La música, esa música de la que Lacan dijo en una ocasión que "algún día habría que hablar, al margen", se organiza así como un saber hacer con el sonido para acallar el ruido del objeto a, el objeto que anida en el lenguaje in a silent way…"

BIBLIOGRAFÍA