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Revista Repique

Repique #7

Imposible saberlo

Gabriela Dyble, Angélica Gioia, Tatiana Mosconi y Ana Rondán.

Los efectos de la interpretación analítica

(…) yo desconocía el peso de ese significante amo. ¿Lo sabía la analista y eligió atacarlo con esa interpretación? Imposible saberlo. Pero una interpretación se mide por sus efectos, y lo que es seguro es que más allá de las cuestiones institucionales, fue esa interpretación la que me hizo atravesar la puerta de salida del segundo análisis (Brodsky, 2012, p.10)

Este extracto, tomado del Testimonio de Pase de Graciela Brodsky (2012), nos interpela como analistas, ante la difícil tarea de poner en práctica la interpretación analítica.

¿Cuál es la función de la interpretación? ¿Para qué interpreta un analista? ¿Sabemos exactamente lo que interpretamos cuando interpretamos? ¿Podemos ser siempre asertivos en nuestras interpretaciones? Y finalmente, ¿Quién interpreta a quién? Si bien, nos surgen dichas interrogantes, parece ser, que la respuesta ya estuviera dada: "una interpretación se mide por sus efectos". Pensamos en la interpretación analítica en relación con el inconsciente, con la función del analista y en relación a los significantes. Intentaremos brevemente acompasar mediante esta ponencia, la complejidad de la misma.

Tomando a Freud (1991):

Todos sabemos que el analizado debe ser movido a recordar algo vivenciado y reprimido por él (...) el analista no ha vivenciado ni reprimido nada de lo que le interesa, su tarea no puede ser recordar algo. ¿En qué consiste, pues, su tarea? Tiene que colegir lo olvidado desde sus indicios que esto ha dejado tras sí , mejor dicho: tiene que construirlo (p.260).

Por su parte Lacan, propone que la interpretación psicoanalítica nunca totaliza, sino que divide, va contrasentido. En ésta misma línea, Chamorro (2011) plantea, que el análisis acontece por el lado del sujeto, no del yo, quiere decir que estamos ante un sujeto dividido, dividir al paciente entre lo que piensa y lo que sabe implicado en relación a su propio inconsciente, "¿Qué tengo que ver con esto que me pasa?".

Por otro lado, un ser no dividido es un sujeto que poco se implica en su relación con la falta, que rechaza la castración. De este modo nos preguntamos ¿es posible interpretar analíticamente a todos los pacientes que llegan al consultorio? Creemos pues, que en la diversidad de la clínica, también llegan sujetos que nada se interpelan, nada se cuestionan, observándose en ellos un rechazo del inconsciente. Como analistas intentaremos mover y conmover al paciente para que el inconsciente emerja, transformándose en un sujeto barrado, arriesgando a que los efectos pueden surgir en él o no.

Un análisis no es un simple diálogo, no debe confundirse con una conversación, dado que de este modo permaneceríamos en el eje del registro imaginario.

Un análisis no es definido por analistas que integran determinadas instituciones o la formación que posean, sino por la intervención que estos realizan. Es decir, la intervención es quien define al analista y no al revés.

Sostenidos en la transferencia, trabajaremos introduciendo el inconsciente del Otro, planteando así un nuevo registro, el registro de lo simbólico, el cual será relevante para el desarrollo del análisis, donde la intervención del analista tendrá un papel preponderante, intentando cortar con esos significantes que lo posicionan al analizante una y otra vez en el mismo lugar. El significante es siempre algo a descubrir, puede ser una palabra, una frase, etc. y tiene sentido en relación a otro significante donde juntos dan lugar a un nuevo sentido. Podemos decir de este modo que el analista lejos de construir, deconstruye, la posición del analista es ir a romper esas construcciones, la interpretación corta la cadena de significantes, pero para poder cortarla primero hay que habilitar construirla. A través de la interpretación analítica, escapamos a la hermenéutica cuyo arte es el interpretar buscando un sentido. ¿Qué significa que la interpretación debe alejarse del sentido? ¿Cómo esto constituye un acto analítico?

Lacan propone, que lo que se opone verdaderamente al sentido, no es el sin sentido, sino la interpretación analítica de los significantes, a los cuales el sujeto se halla sujetado por las contingencias de su encuentro con el goce. Entre otros, la interpretación, escansión, sesión corta, van en la misma dirección que es también la de la reducción del sentido que el inconsciente, una vez la transferencia se ha instalado, tiende a hacer proliferar. Ninguno de ellos es arbitrario: concluye al mismo tiempo que enfatiza.

Cotidianamente, en nuestras intervenciones debemos abstenernos de dar sentido, pero sí provocar algo en el otro, manejarnos con la incertidumbre que nos genera trabajar en el análisis, pudiendo evidenciar sus efectos, o que a veces la interpretación solo rebota y cae. Según Freud (2009), los errores de nuestras interpretaciones son inofensivos y lo que puede suceder es que los pacientes no se sienten afectados por la misma. Tampoco podemos medir cuánto tiempo llevará ver el efecto producido por una interpretación. Puede ser que la interpretación produzca un efecto en el momento mismo de la sesión, o tal vez, al tiempo de haber transcurrido la misma, pero ¿quién interpreta a quién?

El inconsciente se ofrece a ser interpretado por el analista. Pero retomando lo que expresa Lacan (2009) debemos considerar su posición:

"lo que es seguro es que los sentimientos del analista sólo tienen un lugar posible en este juego, el del muerto; y que si se lo reanima, el juego se prosigue sin que se sepa quién lo conduce. Por eso el analista es menos libre en su estrategia que en su táctica" (p.563).

El analista da una interpretación, pero quien la recibe la recibe desde la transferencia, por tanto desde el lugar que él supone que es, la palabra del mismo será escuchada como proveniente del Otro de la transferencia. Puede el analista aprovecharse de ese lugar, siempre y cuando también se interprete ese efecto. Es necesario que tome el significante para permitir que aflore el sujeto, se debe generar una localización subjetiva, provocándose algo de lo novedoso en la sesión, y eso es tomado para que el sujeto se escuche en lo que dice. Ir por ese camino nos permite una rectificación subjetiva, generando una responsabilidad en el analizante, es decir, moverse del lugar de la queja a un lugar donde él también es responsable.

Por esta misma línea y ante la interrogante acerca de quién interpreta, Chamorro (2011) expresa que es el paciente el que interpreta "creyendo que adivina lo que le quisieron decir, o inventando un sentido, o asociando, tiene que llenar el vacío de la interpretación del analista. ¿Quién interpreta? Interpreta el analista pero es la interpretación del paciente de la interpretación del analista, porque la interpretación del analista es la introducción de un vacío de sentido" (p.12).

¿Podríamos decir entonces que es el analizante quien termina realizando la interpretación, interactuando el analista como semblante, desde la ignorancia docta?

REFERENCIAS

  • Brodsky, G. (2012). Testimonio 1 Congreso AMP 2012 Desenlace. En Dossier Testimonios de pase 2012-2013. Nueva Escuela Lacaniana Caracas.
  • Chamorro, J. (2011). ¡Interpretar! Grama Ediciones.
  • Freud, S. (1991). Construcciones en análisis en Obras completas Sigmund Freud, (2ªed. Vol.23). Amorrortu editores.
  • Lacan, J. (2009). La dirección de la cura y los principios de su poder en Escritos 2, (3ª ed). Siglo veintiuno editores.
  • Miller, J.A. (1996). Entonces "Ssssh…" Uno por uno Revista Mundial de Psicoanálisis Ediciones Eolia.