Ni tan sueltos ni tan causa

Desde que la historia de la familia pasa a ser remplazada por la historia de la pareja, -en palabras de Eric Laurent-, me pregunto; si también ¿comienza a introducirse la Parentalidad en la Paternidad como modo de crianza de los hijos. ¿Qué efectos podría implicar eso en el modo de alojar a los hijos?; ¿Alojar como objeto causa de deseo de la madre? ¿Alojar como objeto plus de gozar? ¿Alojar al hijo a la par madre y padre?

Según plantea Lacan en su Seminario XXII, RSI, el objeto causa de deseo de la mujer es el hijo, en tanto el objeto causa de deseo del hombre es la mujer. "Así la relación del padre con el hijo es una relación que pasa por la mujer que eligió como causa de su deseo" [1] y que a "…estos [los hijos], lo quiera o no, les brinde cuidado paternal" [3]

Mientras el Nombre del Padre regulaba las normas familiares, los roles estaban bien definidos en relación a los cuidados de los hijos y al sustento material de los mismos. La madre tenía un rol más asimilado a los cuidados de los hijos y el padre a la provisión de los recursos materiales y a la función de nominación.

En la actualidad en las sociedades posmodernas e hipermodernas, en las que asistimos a la declinación del Nombre del Padre, las mujeres han tomado roles cada vez más protagónicos a nivel social, dejando a la maternidad en un lugar menos inherente a la definición de lo que es una mujer. Si bien hoy las mujeres en el discurso social ya no se definen exclusivamente en relación a la maternidad como en otros tiempos, el Ideal de la buena madre persiste fuertemente, aunque acompañado por los objetos plus de gozar que proporciona la época. ¿Queda el hijo entonces en un lugar que compite en causación de deseo y/o goce con otros objetos? ¿En ese caso con qué efectos?

Cuando un niño no encuentra un lugar subjetivo como causa de deseo y permanece como causa de goce, es posible que encarne una posición con variadas manifestaciones sintomáticas, dando lugar a infancias complejas, cada vez más habituales, signadas por la medicalización, grandes dificultades en los lazos, intervenidas por ejércitos de profesionales, y con agendas ocupadas. ¿Efectos de desalojo?

A la vez el hombre ha incorporado a su rol en la familia otras actividades además de la provisión de los recursos materiales y de su función de nominación. Hoy ambos, la mujer tanto como el hombre se dedican en muchos casos al cuidado de los hijos a la par, en un vaivén de intercambiabilidad de funciones.

Va de suyo aclarar que detrás de este enunciado de tendencia universal hay que tener en cuenta todas las diversidades y singularidades posibles en la sexuación de quien ocupe las funciones madre y padre. Estudio que ameritaría otro trabajo.

A partir de estas premisas, también me interroga la pregunta de ¿cómo se funda hoy la relación entre madres, padres e hijos, ante la constitución de la pareja de padres pares?

¿Cómo queda la relación de la madre al falo y del hijo como falo de la madre? ¿Cómo se incluye el padre en esa relación siendo un par . ¿Es posible un alojamiento como causa de deseo del padre sin pasar por la madre? ¿Cómo se ubicaría el deseo de hijo en el padre? Existen parejas homosexuales con deseo de ser padres, existen vientres de alquiler, que posibilitados por el mercado y la ciencia generan nuevas paternidades. ¿Cómo pensar un lugar para el niño en el que no quede como objeto a liberado del mercado? El niño desalojado del deseo de la madre como causa princeps, podrá ser realojado por el padre como objeto causa? ¿Y si no hay madre como función significante?

En este borramiento de la diferencia que propiciaría un orden a través de la similitud, me pregunto si tal vez alojar al niño como objeto causa tanto por la madre como por el padre permitiría ubicarlo en un lugar menos sujeto al objeto plus de gozar y más sujeto al deseo, deseo de hijo de la madre y deseo de hijo del padre, dando lugar a niños mejor enlazados, ni tan sueltos, ni tan causa.