Tel. +59 8 2900 9464 [email protected] Río Negro 1354 - Of. 40, Montevideo, Uruguay

Revista Repique

Repique 4

Análisis con niños en épocas de cuarentena

Florencia Fernández

En medio de este caos vertiginoso, una de las muchas cuestiones con la que tenemos que lidiar es que tanto paciente como analista nos vemos inmersos en una situación descarnada, incierta y por momentos apocalíptica.

Nuestros pacientes no saben si concurrir o no a sesión y nosotros como analistas nos vemos en la encrucijada de tener que decidir si atender o no y de qué forma, en cada caso y cada vez.

Es tiempo de improvisar como siempre pero también como nunca. La pandemia y el encierro nos ponen una gran “puesta a prueba”. En este punto podemos apelar a la invención con el manejo de las redes sociales, de hecho muchos analistas se apoyan en este momento, en una infraestructura virtual para trabajar con sus pacientes.

Pero ¿Qué sucede en la clínica con niños? La virtualidad no parecería ser lo más aconsejable. Pero si el niño no viene a sesión ¿cómo podríamos trabajar? Tal vez invadidos por cierto optimismo apostemos a que el niño le hable a la pantalla y así nos hable a nosotros, los analistas. La pregunta que insiste es si será tan sencillo cuando el cuerpo no está presente. Hasta ahora tenemos más preguntas que respuestas. Sabemos que para poder analizar la presencia del analista es esencial, también se ha discutido mucho sobre qué estatuto tiene esta presencia. Ello sucedió hace tiempo, cuando recién comenzábamos a familiarizarnos con la virtualidad y a naturalizar el uso de las redes, pero ahora hay un matiz: un real se impone y nos deja confinados y sin palabras.

Entonces, afirmamos que hay situaciones puntuales donde la transferencia instalada ayuda a que ese sujeto pueda hablarle al analista aunque no esté físicamente allí. Sin embargo hay otras en las que esto no es posible.

En el trabajo con niños ser analistas es también poner el cuerpo : ser jugadores de fútbol , ser artista o ajedrecista, además de hacer semblante de alguna función parental. Es por ello que en la clínica con niños , el “cuerpo a cuerpo” se hace necesario y eso invalida la respuesta rápida y altruista de “si, se puede”. Los objetos pulsionales como la voz y la mirada, ayudan a que la videollamada de whatsapp nos habilite en algunos casos a atrevernos a probar: claro que resulta un desafío, aún decidiendo seguir sin retroceder ante ello.

El trabajo con cada paciente promueve el entusiasmo de seguir inventando caminos y también que la subjetividad nos impulse y nos oriente a hacer presente el cuerpo de otra manera, a diseñar otros modos de escucha y en especial nuevas formas de saber hacer con el inconsciente, pese a todo.