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Revista Repique

Repique 5

De lo Cualitativo del sujeto, a lo Cuantitativo del número

Pablo Petroff

Buscaré a partir de esta presentación, producir una aproximación al trabajo en territorio de los/las técnicos que pertenecemos a un sin fin de instituciones, las cuales tienen sus ideales y leyes. Pero volvamos a lo que pretende ser el objetivo de este trabajo, el cual es pensar el psicoanálisis en territorio.

No debemos dejar pasar que muchos de los lineamientos institucionales son directa o indirectamente atravesados por la política, que parece jugar un rol que compromete a muchos movimientos sociales a realizar cambios interesantes. Entre ellos me voy a detener en ese instante donde lo cualitativo se debe transformar en lo cuantitativo.

Al momento de reflexionar sobre esta pequeña y breve introducción, no dejo de pensar en todos los puntos, vertientes y matices que pueden abordarse; pero siempre me detengo en aquello que a modo personal me ha producido un cierto ruido: ¿Cómo transformar lo particular de un abordaje en lo universal de un número? Por allí Miller en “El Banquete de los analistas” ya nos advertía respecto a la noción de los matemas, donde en “la reducción a cero del querer decir, no existe la posibilidad de preguntar”. (J. Miller; 2000, pág. 52)

Los paradigmas de las instituciones, sus ideales, sus reglas y sus leyes, ponen de relieve y confrontan el pensar- se como analistas frente a los emergentes en el que hoy en día se encuentran envueltos los sujetos. El simple hecho de pensar nuestra posiciones como agentes del psicoanálisis en comunidad, nos obliga a estar atentos a los cambios subjetivos, “pues! mejor que renuncie quien no pueda unir a su horizonte la subjetividad de su época”. Frase enigmática planteada por (J.Lacan; 1953, pág. 309).

Los movimientos sociales que transversalizan nuestra época, hacen denotar una demanda ya no desde analistas especializados en la des- identificación, como lo plantea Eric Laurent de su profesor Leclaire. Recordemos que en ese tiempo se nos pensaba a “los analistas como un individuo que deben mantenerse exclusivamente en su función, sin hacer propuestas” ( E. Laurent; 2000, p.113). Lo que se esperaba era que el intelectual se mantuviera en su posición, y se dedicara a crear vacío en aquellos movimientos sociales que emergieron. Era una posición que sin duda dejaba mucho por hacer, crear un lugar de vacío, un analista crítico, que no tiene ningún ideal y que no genera ningún movimiento o enigma social, un vacío ambulante. Laurent da un paso más en esta materia, nos propone el analista ciudadano, advirtiendo que “El analista ha de saber por su propia práctica, que cualquier identificación permite el desencadenamiento de esas pasiones imaginarias debemos de ser capaces de silenciarlas” (E. Laurent; 2000, pág. 114). Esto no deja de ser tan solo el primer tiempo del trabajo, es así que un segundo tiempo se debe de remitir casi inmediatamente a ese grupo social y a sus objetivos. Evaluar en el orden del funcionamiento que produce la colectivización de ese movimiento, marcar y delinear lo que entra dentro de lo posible y lo imposible; es tan solo alguna tarea que debemos de estar precavidos a la hora de nuestro encuentro con los individuos que conforman la comunidad. Este orden que parece tan discriminado y que se elabora dentro de determinadas lecturas, nos permite acercarnos a plantear un objetivo preciso. En efecto, el analista no entra dentro del tiempo de lo inmediato, debe dar a los sujetos la manera más ética de poder elegir el que-hacer.

Durante este último tiempo me he visto envuelto en una campaña nacional, donde ya por su título me he visto interpelado: se busca abordar las relaciones de pareja libre de violencia.

No voy a adentrarme en cuestiones que hacen a la campaña ni a su objetivos, no es el fin de este trabajo, pero implica una cantidad de actividades que se llevan adelante y tiene como objetivo poblacional a los adolescentes en su conjunto; el resto ya se los dejo para que puedan interpretar hacia dónde apunta estas actividades.

Esta interpelación se centró en el significante NOVIAZGO, significante que sin duda en su tiempo ocasiona movimientos subjetivos interesantes en la masa y la interrogante respecto a si ¿algo de ese significante sigue vigente?

Cuando este fue presentado de manera lo más pragmática que se puedan hacer una idea, aquellos adolescentes se mostraron sorprendidos y casi sin pestañear lo rechazaron. Uno podría pensar “Uf ! Adolescentes!” pero algo allí había caducado y dejado de producir su efecto en el registro de lo imaginario colectivo. De esta manera se inicia un proceso en busca de nuevos significantes, comienza a ponerse en juego una demanda imaginaria por parte del colectivo de adolescentes: buscaban una respuesta a una situación que de alguna manera los aquejaba, llegaban a nosotros muchas preguntas y pocas respuestas. Allí se trataba de buscar al Otro para dar solución al malestar que comenzó a ocasionar el significante noviazgo, presentándose la necesidad de buscar sustituir un significante que en un tiempo funcionaba perfectamente, dando lugar a muchos temas puestos en escena por su vía.

Detrás de este primer tiempo se puso en juego un segundo momento, notamos la identificación desmesurada de pasiones imaginarias que comenzaron a auspiciar respuestas. Algunos participantes actuaron de manera referente en aquellos grupos de adolescentes y pusieron en juego su imaginario en relación a los códigos que han de ser cumplidos, bajo los significantes que ellos mismos producen.

Nuestra intervención fue dirigida a lo pasional imaginario que allí trataba de jugarse, comprendiendo a partir de nuestra práctica que debemos silenciarlos y remitirnos a las verdaderas tareas del colectivo, sin procurar perder la particularidad de cada individuo dentro de aquella masa. La propuesta fue proporcionar a aquellos adolescentes un tiempo necesario para articular las herramientas que la consigna de la campaña proponía, al tiempo que nos encontrábamos con la caída de un significante, caducado para este colectivo. Lo útil para aquellos adolescentes era encontrar otros significantes posibles que cumplieran la función que había perdido el anterior, donde nos encontramos con los gadgets de estos tiempos, una suerte de rentabilidad que se obtiene en los objetos que procuran tapar algo de lo que se cayó, aunque sea por un tiempo.

Teniendo referencia que el discurso capitalista enreda al sujeto en un circuito de repetición constante de las posiciones, que procura no imponer ningún tipo de resistencia entre el sujeto y el objeto, no pasa inadvertida para quienes practicamos el psicoanálisis que debemos estar orientados en la posibilidad de ser demandados a dar respuestas a los efectos que genera.

Es preciso recordar que más que un lugar vacío, se tratará de un intento de orientar a los diferentes movimientos sociales a respetar la articulación entre normas y particularidades individuales. Lo singular de esta cuestión es que el sujeto no deje de ser pensado con sus particularidades por ser pensado en lo universal. En este sentido los analistas no solo debemos escuchar, sino que también debemos transmitir la humanidad del interés que tiene para todos la particularidad de cada uno. Se intentará junto a otros incidir en estas cuestiones, tomando partido y a través de nuestra intervención lograr transmitir qué tipo de campaña se quiere alcanzar y ser llevada adelante.

En referencia al título y a lo escrito sobre el discurso capitalista y su función en esta sociedad, logré poner en reflexión la función de lo real, en ese constante forzamiento a un número o un significante calificativo que pueda dar cuenta de un sujeto, a efecto que se logre controlar, advertidos que en cada época nos vamos a encontrar con algo que está dentro de lo incontrolable, inatrapable o simplemente que se hace imposible de ser capturable.

BIBLIOGRAFÍA

  • Freud, S ( 1911- 13). Sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente ( Schreber) Trabajos sobre técnica psicoanalítica y otras Obras. Argentina- Bs.As. Ed: Amorrortu editores.
  • Freud, S ( 1921). La psicología de las masas y el análisis del Yo. Argentina- Bs.As Ed: Amorrortu editores.
  • Lacan, J ( 1988). Función y campo de la palabra y el lenguaje, Escritos 1. Argentina- Bs.As. Ed: siglo veintiuno.
  • Lacan, J ( 1960- 61). La transferencia, Seminario 8. Argentina- Bs.As. Ed: Paidós.
  • Platón, ( 1993) El Banquete. España- Barcelona. Ed: Planeta DeAGOSTINI.
  • Miller, J.A ( 2010) El Banquete de los Analistas. Argentina- Bs.As. Ed: Paidos