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Revista Repique

Repique 5

Interpretación y saber en transferencia

Lúcia Cerrone

Tomando como guía el tema del año “La Transferencia”, voy a trabajar el lugar desde el que se posiciona el analista y la importancia que adquiere el tipo de interpretación que éste realiza desde los comienzos de un análisis, siendo esto fundamental para que se instale la transferencia.

Citando a Lacan: “La transferencia solo puede pensarse a partir del sujeto a quien se le supone el saber” (Lacan, 2011, pág. 261), esto me conduce a pensar sobre el lugar que el analista toma en las entrevistas preliminares. El sujeto que llega a la consulta le supone un saber, pero cabe cuestionarnos: ¿debe responder el analista como portador de este saber dando una respuesta inmediatao debería esperar a que algo del sujeto del inconsciente emerja en el analizante guiándose por lo particular de ese caso y no por un saber universal que cataloga a todos por igual?

A modo de respuesta y tomando las palabras de Ernesto Sinatra: Dejarse tomar por la ignorancia, poner en juego la ignorancia con respecto al saber, para poder saber algo de lo que al otro le aflige. Si uno cree que ya sabe, porque supone por tres o cuatro comportamientos que vislumbro rápidamente en el otro, que se trata de una histeria o de una obsesión, se produce un cierre. Cuando el analista supone que ya sabe, no deja actuar su propia ignorancia cerrando así la intelección de lo nuevo en el caso, la singularidad, la novedad, sesgando el encuentro posible con ese analista para ese entrevistado“. (Sinatra, 2017, pág. 196)

Siguiendo la línea del autor, podemos afirmar que el saber no lo tiene el analista sino que lo tiene el analizante, pero para que este emerja en el análisis es crucial que el analista se abstenga de comprender, de dar respuestas rápidas, y de otorgarle sentido a la demanda del paciente.

Sinatra señala: “En el análisis se responde a la demanda poniendo a trabajar un saber que no está ya adquirido, ni pertenece al analista, sino que habrá que producir y será el paciente el que también pacientemente deberá hacer existir a partir de su inconsciente”. (Sinatra, 2017, pág. 165)

Si el analista se anticipa dando ciertas interpretaciones antes de tiempo puede obstaculizar el trabajo analítico y que la transferencia se instale. Como bien afirma el autor, el saber se va a poner a trabajar en la relación transferencial entre analista y analizante, no existe ya de entrada sino que es producto del trabajo en transferencia.

Como menciona Lacan: “El amor, sin duda, es un efecto de transferencia, pero es su faz de resistencia. Los analistas, para poder interpretar, tienen que esperar que se produzca este efecto de transferencia” (Lacan, 2011, pág. 261).

Actualmente muchas psicoterapias trabajan desde lo universal. La depresión, ansiedad, fobias, adicciones, son tratadas de igual manera para todos los sujetos, sin ir a la singularidad del caso a caso. Como ya sabemos, desde el psicoanálisis trabajamos desde lo particular de cada sujeto, recortando los significantes que se despliegan en el discurso de ese analizante.

Jorge Chamorro menciona en su libro “Interpretar” lo siguiente: “un psicoanálisis se define por la interpretación que se hace. Y el tipo de interpretación que se hace define si se trata de una psicoterapia o se trata de un psicoanálisis” (Chamorro, 2017, pág. 31) Las psicoterapias dan sentido, transmiten un saber inmediato sobre aquello que aqueja al paciente, no dando lugar a lo inesperado y por el contrario, desde el psicoanálisis, utilizamos la interpretación para ir contra el sentido y el saber universal.

Citando a Chamorro: “¿de qué se trata la interpretación que hacemos como psicoanalistas? No es una información univoca que le damos al sujeto. La interpretación tiene la característica de ser breve. Puede tener algún sentido, pero no es un sentido informativo, sino un sentido que se pone del lado de la causa, de causar al otro a la interpretación, de causar al otro a la interrogación. En ese vacío de sentido es adonde el analizante tiene que interpretar” (Chamorro, 2017, pág. 83)

El analista va a trabajar con el discurso del paciente, con los significantes que éste emplea, con lo que dice y no con lo que quería decir, recortando los significantes claves en ese sujeto, generando una pregunta acerca de lo que le pasa, responsabilizándolo sobre su padecimiento y su goce . Esto adquiere una gran diferencia con las formas de trabajo de las psicoterapias actuales, donde vemos que no hay división del sujeto y no buscan que este se implique de alguna manera con lo que le pasa.

Siguiendo el planteo de Sinatra: “entonces la condición de la puesta en forma del algoritmo de la transferencia es que haya un significante por el cual alguien se haga una pregunta, tal vez la más corriente pero también la más propia, aquella pregunta que más lo represente en su posición subjetiva, en su sufrimiento” (Sinatra, 2017, pág. 153) Sabemos que el analista no se coloca desde el lugar del saber, sino que va a trabajar con el relato del analizante y el saber que allí se produce, pero ¿de qué forma lo hace? ¿Cómo interviene para que algo de lo novedoso y singular de ese sujeto se produzca en la sesión? Para responder a esto voy a tomar algunos puntos que considero importantes de la interpretación.

El analista debe mantener una escucha atenta y activa que promueva la asociación libre en el analizante y de esta manera posibilite leer los significantes que se ponen en juego en el discurso del paciente.

Miller haciendo referencia a Lacan plantea: “la ética del psicoanálisis consiste en el bien- decir. El “bien decir” no es una “bendición”. En el análisis no se dan bendiciones. Lo que se da es a aprender que lo que se habla se diga bien”. Más adelante agrega: “El analista no tiene bendiciones que dar, pero puede contribuir en el aprendizaje del bien- decir, o sea, puede introducir al sujeto en un acuerdo entre el dicho y el decir, de tal manera que pueda aproximarlo a decir lo que desea” (Miller, 2006, pág. 60)

El analista va a cuestionar la posición que toma el analizante respecto de sus dichos y mediante la interpretación crea un vacío de sentido en el discurso del paciente. La interpretación apunta a dividir al sujeto generando un desplazamiento, es decir, el sujeto comienza hablando sobre un tema y con la interpretación provocamos un cambio en ese discurso.

En esta línea Chamorro señala: “La interpretación es introducir un significante que cambia el sentido de lo que se está diciendo y desplaza la voluntad de decir de alguien por una intervención, por un significante que desplaza el sentido hacia otro sentido, eso lo llamamos, cuando el paciente consciente de eso: efecto sujeto” (Chamorro, 2017, pág. 109)

Además de producir un desplazamiento en el discurso, el analista con su interpretación genera algo del sinsentido, utilizando interpretaciones breves. Cabe señalar que interpretamos con el estilo del inconsciente, del lado de la sorpresa.

Voy a tomar dos tipos de interpretación que retomaré con un ejemplo y que permite ver los efectos que produjo la interpretación del analista.

La interpretación por la cita es una de las formas de interpretación en la que el analista extrae una palabra o frase que insiste en el discurso del paciente y lo confronta con eso.

Otro tipo de interpretación que me interesa destacar es la interpretación por el equívoco. Esta interpretación impide avanzar la continuidad de la cadena significante. Respecto a esto Chamorro dice: “La interpretación trabaja con el equívoco y se dirige a lo univoco, no abriendo sino cerrando. Todo, desde una entrevista, a un análisis entero, es un trabajo de reducción sistemática de la proliferación de sentido, de palabras, etc.” (Chamorro, 2017,pág. 28)

Para finalizar el presente trabajo voy a tomar del libro “Un final feliz”, relato sobre un análisis de Gabriela Liffschitz, en el cual la autora da testimonio de su propio análisis, donde una intervención del analista posibilita ver los efectos producidos en la paciente.

“Otra vez le dije a Chamorro que era un comodín, estaba a disposición de cualquiera, para que me utilicen como más les convenga. También me definía por la inexistencia, como mi padre. “Un padre ausente es un padre” me aclaró Chamorro.

Nunca pensé que semejante estupidez pudiese convertirse en un descubrimiento inaugural. Pero fue así, ya que hasta entonces no me había dado cuenta de la diferencia. No era que no había un padre, lo que había era un padre ausente, digo esta era en sí misma una forma posible de ser padre(Liffschitz, 2004, pág. 62)

Esta interpretación que hace el analista genera un cambio de posición subjetiva en la analizante respecto a la figura paterna, además podemos ver que esta intervención rompe el sentido de lo que venía afirmando. Cambia el discurso y no apunta a la proliferación de sentido, el analista toma la frase de la paciente pero no continua en la misma línea significante. Con esta interpretación el analista provoca sorpresa y asombro en ella. Es una interpretación caracterizada por la reducción que se dirige a lo univoco.

BIBLIOGRAFÍA

  • Chamorro, J (2017) ¡Interpretar! Buenos Aires. Grama Ediciones.
  • Lacan, J (2011) El seminario 11: Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires. Editorial Paidós. (Trabajo original publicado en 1964)
  • Liffschitz, G (2004) Un final Feliz (relato sobre un análisis). Buenos Aires. Editorial Eterna Cadencia.
  • Miller, J (2006) Introducción al método psicoanalítico. Buenos Aires. Editorial Paidós.
  • Sinatra, E (2017) Las entrevistas preliminares y la entrada en análisis. Buenos Aires. Grama Ediciones.