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Revista Repique

Repique #8

Lo que no se ve

Pablo Petroff

La propuesta de este año para las jornadas del Grupo Lacaniano de Montevideo, las décimas, sin dudas son para los aquí presentes analistas o futuros analistas, una invitación a estar en el ojo de la tormenta.

Es intentar llevarnos a observar lo que sucede en la época en que transcurrimos, sin perder el sentido a la Orientación y esto nos convoca año tras año desde el 2012.

Cuando digo " el ojo de la tormenta" sin dudas es allí donde se encuentra la pausa para el pienso desde y hacia la clínica, y la impertinencias de los sujetos actuales, sin duda un rasgo quizás para quienes nos dejamos orientar a través de la experiencia, el lugar, donde el Otro puede resistir y hacer frente a los avatares sintomáticos de la época.

Una época que corre más rápido que ligero y el ser hablante no puede resistirse a tantas tentaciones, y las oportunidades infinitas de gozar.

Acaso son infinitas ?, o se trata más bien, hasta donde la identificación del cuerpo logre llegar a amarrarse de una identidad?.

Sin dudas es una pregunta que agujerea, y quizás es ir produciendo estos agujeros a lo largo de esta presentación.

Estamos transversalizados por una época, donde la inexistencia del Otro o incluso su evaporación se hace más densa en la clínica, es decir, la no existencia del NP o la existencia en algún tiempo pasado y el encuentro con su evaporación, nos permite encontrarnos con sujetos que buscan en la cotidianidad, semblantear lo real evitando así el encuentro con la angustia.

Hoy los sujetos ya no se preguntan, ni esperan a ser habilitados por el Otro, - "tu eres eso".

Es una época donde el inconsciente no tiene lugar para testimoniar, si es posible acallar el ruido somos más productivos para la sociedad.

La subjetividad es "arrastrada, cautivada, envuelta en los movimientos casi irresistibles que sumerge industrialmente en semblantes cuya producción siempre acelerada, en lo sucesivo, un mundo que nos deja a la idea de naturaleza ( existencia del Otro) más que una función de nostalgia" ( El Otro que no existe y su comité de Etica - J. Miller).

Tomemos como tal la identificación en la época al momento de conversar sobre la multiplicidad; bien sabemos que el sujeto debe de producir los significantes de la identificación, es decir, es lo que como analistas esperamos del analizante, ya que eso entreteje, posiblemente, el encuentro con un otro y una cadena de significantes ( S1 a S2 a S3 …) produciendo allí el encuentro con lo que llamamos lazo social.

Entendamos que para hablar de lazo social, debemos remitirnos ineludiblemente a la propuesta de lo que se denomina los cuatro discursos, donde tienen su comienzo en el Seminario 16 y su formalización en el seminario 17; el mismo no es un conjunto de significante seleccionados a partir del Otro que se pronuncian para emitir un determinado mensaje.

El discurso, nos dice Lacan; "Es lo que, en el orden, en la disposición de lo que puede producirse por la existencia del lenguaje, tiene la función de lazo social. Puede ser un baño social" (Lacan, 1972, Milán).

Debemos de pensar que la cultura, la civilización e incluso la época; para el sujeto inconsciente no existen, son formas de gozar; cada época hace creer que hay goces propios de cada época. Es en definitiva una reducción a la estructura S1 a S2 y sus efectos.

Los efectos de la época en los sujetos actuales, son sin duda, no una cadena como lo mencione a lo largo del párrafo anterior.

Sino que es un enjambre de S1 reunidos o convocados por un goce frágil, producto este del discurso capitalista, donde la promesa del "todos juntos podemos salir de esto" ya no funciona como las estrellas para el marinero en plena noche en altamar, sino que es el encuentro a la identificación vertical, donde para ser parte de, se debe de, en un tiempo de.

La evaporación del sujeto en una cadena metonímica donde lo imaginario queda en primer lugar, no permite el atravesamiento, ni de lo simbólico, ni de lo real.

Perdiéndose todo sentido a la identidad, el cuerpo toma el lugar de la mutación como aquello urgente a la subjetividad que debe ser rescatado de lo que no se puede decir. Por la consecuencia de la sublimación y la represión.

Los significantes- amo de la época, "es allí donde se supone y se establece la unidad del significante y el significado, y asegura al sujeto ser idéntico a su propio significante" ( Miller, entrevista a Éric Marty). Desde Freud podemos leer que del goce no se puede aprender, Lacan ( Seminario 20) nos advierte diciendo " el goce es la tendencia hacia lo que no sirve".

Entonces, ¿Dónde nos deja esto?. En la existencia de que las formas de gozar en la actualidad es el comercio perfecto para el discurso de la ciencia, y ante el no funcionamiento, el síntoma. Un síntoma que no se escucha, pero que nos lleva a la pérdida de toda formación posible de una pregunta. Quizás es en el poder pensar nuevamente el quehacer del analista desde un lugar ya advertido por las experiencias de nuestra clínica.

BIBLIOGRAFÍA

  • Lacan. J. (1968), Seminario 16, Bs As., 2013.
  • Lacan. J. (1968), Seminario 17, Bs As., 2013.
  • Lacan. J. (1968), Seminario 18, Bs As., 2013.
  • Miller, J (2021), El sexo de los modernos, entrevista a Marty, É.
  • Miller, J. (1998), Signos del Goce, Bs As., 2012.
  • Miller, J. (2005), El Otro que no existe y sus comites de etica, Bs As.,2020
  • Miller, J.(2006), El Ultimisimo Lacan, Bs As., 2020.
  • Naparstek, F.(2016) Nuevos Cuerpo, nuevos goces, Bs As., 2016