Repique Extra #1
La pandemia como novedad y sus efectos, el síntoma
Pensar el fenómeno de la pandemia y el impacto que produce el “soberano” del momento (el coronavirus), coloca a nuestra sociedad en una posición de sometimiento a escala mundial, pero también la lleva a interrogarse como protagonista de estos acontecimientos sociales.
A dos semanas en Uruguay, un pequeño país, de tan solo tres millones de habitantes, se vio atrapado en una aceleración de cambios que afectan nuestra vida cotidiana.
Se establece una forzosa situación de aislamiento como medida preventiva, al parecer el virus es ¡altamente contagioso!
Lo dicen los epidemiólogos, los médicos, mi vecina la enfermera, el almacenero, los amigos, los medios de comunicación, las redes sociales, las autoridades sanitarias, lo dicen, lo dice ¿quién más lo dice? Todos lo dicen. El “todos lo dicen” da cuenta de la necesidad de la sociedad de decirlo todo, del mostrar - mostrarse, algo en el orden de lo nuevo, surge como novedad -“la pandemia”-.
Por otro lado, el filósofo Byun-Chui Han sostiene que “existe este inmenso ruido, el ruido de la comunicación, por otro lado, existe esta enorme falta de palabras, una ausencia de palabras que es diferente, del silencio”. El goce está en hablarlo todo, pero lo único que se genera es ruido, es decir hacer perder la significación de las palabras vaciándolas de sentido. Discursos disonantes y paradójicos que fomentan y alimentan un estado de miedo y paranoia, promovido por los medios de comunicación.
Se evidencian así los primeros efectos sobre la sociedad, comienza la venta masiva y el desenfreno de la población por comprar artículos médicos: como alcohol en gel, tapabocas, guantes, productos de limpieza y papel higiénico, hasta agotarlos. Paradójicamente se presenta una urgencia sanitaria que colapsa, con escasos recursos y una crisis económica expresada en el cierre de empresas o Instituciones que llevan al desempleo, seguro de paro o nuevas formas de trabajo.
¿Qué se nos plantea como novedoso de esta situación?
Lo novedoso a nivel mundial es la declaración hecha por la OMS anunciando que el Covid-19 adquiere el estatus de pandemia, un acontecimiento que precipita una serie de síntomas sociales como respuestas. Las mismas reflejan situaciones angustiantes por el temor al contagio, el resultado es un aislamiento que genera más síntomas que se expresan desde lo singular. Este generar de más, nos remite a cuerpos aislados que frente a la insistencia del síntoma no para de inscribirse, se vuelve insoportable para el sujeto, goce como imperativo de la época. La existencia del fenómeno de pandemia conecta al sujeto con lo mas pulsional y mortífero.
Los medios masivos de comunicación no escapan al imperativo de goce, la información brindada exacerba aun más la situación que se vive en torno al covid -19. A pesar del aislamiento la conexión se ha vuelo más acentuada con un Otro que es semblante y que además goza de lo novedoso de la información, se producen verdaderos bombardeos mediáticos, guiados por el deseo de la novedad, minuto a minuto. Deja evidencia de una repetición sintomática, lo mismo de siempre -“la pandemia”- logra así saturar la información, es decir hacer ruido.
El manejo de la información se vuelve un discurso ambivalente. Por un lado se envían mensajes tranquilizadores que pretenden apaciguar a la población y por otro muestran las cifras de mortalidad y los peligros del contagio. “Apaciguar” me pregunto, ¿se puede apaciguar a una persona que se ha quedado sin trabajo? Lo cierto es que la declaración del Covid- 19 se ha convertido en un hecho político sobre un fenómeno biológico, causa verdaderos estragos económicos y vulnera sistemáticamente a la sociedad. Son mensajes generadores de más síntomas como ansiedad, miedo y angustia que deja al imaginario colectivo en la incertidumbre, pero también nos da lugar a la inventiva; como toda crisis genera nuevas formas de relacionamiento con el Otro, se apuesta a la solidaridad. Se la ve desde fondos solidarios hasta ollas populares sin romper con las normativas sanitarias.
¿Cómo posicionarnos en nuestro rol de analistas frente a una situación de la cual no somos ajenos? Como analista nos toca operar hoy desde la virtualidad, cambiar el escenario pero no la función, nos ponen a pensar y tomar acción desde nuestra implicancia, sin olvidar que somos afectados por esta realidad social. En línea con un sujeto que desde la intimidad de su casa padece lo mismo que nosotros.
Se tiene una relación intima con el síntoma, más que intima, política y ética; la orientación lacaniana sostiene fundamentos políticos en relación al síntoma. Miller la llama “la acción lacaniana” que permite tener una incidencia sobre la política del síntoma. En palabras de Bassols.M. (…) “Se trata de la política en el sentido fuerte de la palabra, del ordenamiento de la polis, de la ciudad, de lo que es la acción en lo social y en lo cotidiano”.1
Hoy nos encontramos con cuerpos silenciados por el síntoma, nuestra función será hacer hablar al síntoma, hacer surgir la palabra plena en el sujeto que le permita darle un sentido a este acontecimiento.
NOTAS
- Bassols, M. (2015) El Psicoanálisis y la Subjetividad de la Época. Entrevista. Blog NEL Medellín, Nueva Escuela Lacaniana. http://nel-medellin.org/blogel-psicoanalisis-y-la-subjetividad-de-la- epoca/