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Revista Repique

Repique #7

Formas de interpretación lacaniana

Del síntoma al sinthome

Integrantes:

  • Ma. Laura Aguilar
  • María Laura Cardozo
  • María Dalmas
  • Natalia Gaggero
  • Magali García
  • María José García
  • Leticia Reina
  • Coordinadoras: Ana Inés Berton
  • Andrea Matiazzo

"La interpretación separa la fatalidad y del nombre de lo escrito en el Otro y supuestamente destinado al sujeto, e indica el lugar del goce incluido en esa misma lectura. Enteramente de mi lado quedarían las consecuencias de esa lectura que fijó tanto el pathos de una identificación como el goce sintomático"
(Tarrab, 2017, p.19)

Este trabajo surge a partir de las resonancias, lecturas y puntuaciones de: "Entre relámpago y escritura", testimonios de pase y otros textos de Mauricio Tarrab.

A partir de la conversación, hemos logrado ubicar tres interpretaciones claves en el testimonio a raíz de las cuales fuimos pensando los diferentes modos de la interpretación que apunta al fuera de sentido, la pacificación que conlleva una interpretación y la posición del analista.

Este Testimonio nos muestra a un Tarrab analizante, relatando sus tránsitos por la angustia, sus vacilaciones, sus encuentros con sus sombras y horrores, pero también exponiendo sus momentos de sorpresas y de aciertos, que como dice en sus textos, llegaron como relámpagos.

Si de interpretación se trata, sabemos que el primer y el mejor intérprete es el inconsciente.

Tarrab nos lo muestra claramente cuando plantea el armado de su síntoma a partir de un S1 dicho por su madre: soplo.

El sujeto sufre un desvanecimiento luego de haber vivenciado una experiencia sexual infantil, de la cual no puede dar cuenta, pero, frente a la cual, queda la marca traumática de las palabras de su madre: "fue un soplo al corazón"

A partir de este S1 el inconsciente comienza su trabajo de interpretación dándole sentidos a este significante. El sujeto comienza a leer en el otro una intención mortífera, que resume como: "el otro me quiere enfermo".

Es un armado sintomático delirante de su propio inconsciente que se construye a partir de una interpretación fuera de sentido, ya que este niño pequeño marcado y traumatizado por el significante de la madre, no sabía lo que un soplo al corazón significaba.

Miller plantea en "La interpretación al revés", que la cifra, entendida como un significante separado de los efectos de significación, es en sí misma enigmática, llama a la interpretación, pide auxilio a otro significante para que pueda emerger un nuevo sentido. Según nos cuenta Tarrab, sentidos emergieron, fueron prolíferos y recorrieron metonímicamente toda la experiencia analítica del sujeto.

Aquí entonces nos encontramos con el sujeto ya instalado en el dispositivo analítico, en donde las interpretaciones están a cargo de su analista, encarnando otra versión de la interpretación fuera de sentido.

En el testimonio de pase nos encontramos con interpretaciones que, como dice Miller en "La interpretación al revés", van "en sentido contrario del inconsciente". Seguir interpretando como lo hace el inconsciente, inflando al síntoma de sentidos, es seguir en un análisis interminable.

"Hacer resonar, hacer alusión, sobreentender, hacer silencio, hacer de oráculo, citar, hacer enigma, mediodecir, revelar" (1996, pag.8), todas modalidades de interpretación que Miller menciona, el inconsciente ya las hizo, y las hizo mejor que el analista. El inconsciente y la interpretación son consustanciales, el inconsciente interpreta, "nunca ha hecho otra cosa", dice Miller, porque hay un goce puesto en juego, el goce del ciframiento. El armado sintomático de toda una vida, es el inconsciente del sujeto interpretando las palabras enigmáticas de la madre en un requerimiento mortífero del otro.

La interpretación del analista luego del relato del desvanecimiento y la emergencia del significante soplo, fue: "la palabra de su madre penetró" (2017; 17).

Tarrab nos dice que esta interpretación tiene como efecto la extracción de lo mortífero que había quedado inscripto en ese cuerpo marcado por el significante de la madre. Este primer soplo penetra en el cuerpo traumatizándolo, mientras que la interpretación analítica traumatiza la construcción ficcional que el sujeto se armó en torno a la lectura de su ligazón a la fatalidad.

La interpretación analítica traumatiza la ficción construida por el sujeto, en la medida en que remite a lo intraducible del goce del síntoma. Se trata de una interpretación que bordea la opacidad del goce en juego. Al decir de Leonardo Gorostiza en "La opacidad del analista trauma" se conmovió "el goce opaco del trauma por excluir el sentido, y que no es sino lo que evoca el misterio de la unión de la palabra y el cuerpo como un hecho de experiencia que es del registro de lo real". (2020)

A partir de esa interpretación, a ese Uno, "piedra angular de todo el trabajo de interpretación" 2017, pág. 17), el analizante lo hará circular por la maquinaria del sentido, con todas las herramientas que lo simbólico le permite, pero creemos, siguiendo a Miller, que esta interpretación, aunque es llevada por el inconsciente intérprete a la suma de sentidos, es un ejemplo de una interpretación que va al revés del inconsciente, "es reconducir al sujeto a los significantes propiamente elementales sobre los que, en su neurosis, ha delirado". (1996;11),

Luego de haber ubicado en el significante soplo la lectura mortificante de que el Otro lo quiere enfermo, el sujeto produce un sueño.

"Le muestro al psicoanalista el informe escrito de unos análisis clínicos que me he hecho. Hay en ese escrito un anuncio terrible. El analista (en el sueño) lo lee y dice: lo que está escrito ahí no es correcto. Fin del sueño. Al contarlo en la sesión digo: en el sueño ud. me dice que eso que está ahí escrito no tiene el valor que le he dado. O que eso escrito ahí no es mío." (2017; 18).

La respuesta del analista…silencio. Y luego, con un hilo de voz, en un susurro, pronuncia "No…es…suyo" (2017; 18).

"El alivio es impactante" (2017; 19) escribe Tarrab, la intervención del analista, se eleva al estatuto de interpretación.

El sujeto evidencia un giro decisivo respecto al síntoma. La conclusión es que lo que está escrito no es de él, sin embargo, la lectura sí lo es y, como dice Tarrab: "habrá entonces que hacerse cargo de esa lectura y del goce extraído de ella" (2017; 19).

La interpretación del analista se nos presenta como enigmática, más que por el sentido por la entonación. Toda su potencia radicaría en el tono en que fue proferida.

Al igual que el San Juan, esta interpretación parece apuntar a una nada. La respuesta del analista está por fuera de cualquier tipo de esfuerzo por colocar cierta significación al sueño. No aporta ni un solo significante nuevo, ni un solo significante más. No dice "no, es suyo", o un tono categórico, "no es suyo". Solo se escucha la voz del analista que susurrante y pausada, hace eco a las palabras del sujeto.

El silencio, el susurro, las pausas, parecen amalgamarse en una dimensión fuera de sentido, en donde la voz del analista toma consistencia. Algo nos orienta el San Juan, parece que esta interpretación a la nada, es a la nada del objeto.

El objeto que encarna el analista es el objeto voz, soporte de los significantes que el analizante ha desplegado metonímicamente en su análisis, a saber: soplo, aliento, aire.

Luego de la extracción de la lectura gozosa del deseo mortificante del otro, el analizante comienza a pensar en el fin de su análisis.

Dos años estará dándole vueltas al asunto, esperando de su analista la clave para salir.

Hasta que interrogado al respecto, el analista dice: "tendremos que esperar el acontecimiento imprevisto" (2017; 19).

El analizante es confrontado a esperar de la contingencia la salida que no le dará el saber, y menos aún el saber del analista. El "tendremos", alude a que no será del él, del analista, que vendrá el relámpago que lo precipite a la salida. Se separa de ser el otro de la garantía, pero sin soltarlo; juntos tendrán que esperar el acontecimiento. En esta interpretación vemos al analista destituirse de su propio lugar.

Y el acontecimiento llegó. A partir del título del libro de Francoise Cheng sobre caligrafía china "Et le soufflé devient signe" (Y el soplo devino signo) un recuerdo despierta en su memoria: una grave enfermedad pulmonar de su padre en la infancia, que casi lo lleva a la muerte, hace que tenga que inflar la cámara de una pelota de fútbol para recuperar la funcionalidad de sus pulmones.

El relámpago que precipita la construcción de su fantasma: ser el soplo que le faltaba al padre llega a raíz de un encuentro azaroso, quedando ubicado el ser del sujeto y definido el objeto.

REFERENCIAS

  • Miller, Jacques Alain, (1996) "Entonces: Sssh…". Eolia Ediciones, pág. 8.
  • Miller, Jacques Alain (1987-1988) Causa y Consentimiento Capítulo 8. Buenos Aires Paidós, 2019
  • Tarrab, Mauricio, (2017) "Entre relámpago y escritura", Grama ediciones pág., 17
  • Berton, Ana Inés (2020) "La Presencia del Analista trauma" Repique 5.
  • Gorostiza, Leonardo, (2020). "La opacidad del Analista- trauma*". Episodio 3 Radio Lacan.
  • Gorostiza, Leonardo (2020). "La opacidad del Analista- trauma*". En AMP Blog. Recuperado en: http://uqbarwapol.com/la-opacidad-del-analista-trauma-leonardo-eol/
  • Gorostiza Leonardo, (2013)." Trauma y real "Fuente: Mediodicho, Revista anual de Psicoanalisis.EOL-Seccion Córdoba.
  • Lacan, Jacques (1964). El Seminario. Los cuatro conceptos fundamentales. Seminario 11

NOTAS.

  1. Conferencia dictada por Graciela Brodsky, el 11 de noviembre del 2020 en el marco del" Noviembre Lacaniano"